Elegir este material para un proyecto garantiza un resultado duradero a lo largo del tiempo.
Valcucine comprendió la potencialidad de este producto y en 1992 utilizó nuestros acabados para construir la fachada de su propia sede. La imagen habla por sí sola: con el pasar del tiempo no tuvo ningún impacto sobre la belleza de la fachada, que se ha mantenido igual desde entonces.
Otro ejemplo es la obra de Frank O’ Gehry, el Peix, creado en Barcelona en 1991 en ocasión de los Juegos Olímpicos: casi 25 años más tarde, frente a una exposición a la niebla salina, el material es todavía perfecto.
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